Mercedes Marabel Martínez. Psicóloga y mediadora familiar
La relación de pareja implica la creación de un proyecto de vida en común, donde ambos miembros deben realizar cambios importantes en su estilo de vida para lograr un ajuste mutuo.
El ajuste y la calidad de la pareja viene determinado por la manera en la que ésta vive su relación. Las parejas que tienen relaciones sanas aportan un mayor ajuste psicológico, facilitan interacciones afectivas y sexuales, mejoran el estado de salud y permiten reducir las conductas de riesgo. Por el contrario, las relaciones de pareja nocivas generan malestar, llevando a los miembros de la misma a vivir continuos momentos de tensión, nerviosismo, evitación del otro, falta de concentración, problemas de sueño, tristeza, etc.
A lo largo de la vida en pareja, es normal que surjan discrepancias que pueden afectar a la relación. La superación de estas situaciones va a permitir que las relaciones crezcan, se consoliden y se afiancen, favoreciendo la creación de parejas óptimas y saludables.
Algunas circunstancias que pueden poner en peligro la estabilidad en la pareja, son: los celos, la falta de compromiso por una de las partes, la insatisfacción sexual, la ausencia de intereses comunes, la incomprensión, el reparto de tareas, la percepción de desigualdad, la rutina, la relación con la familia política, los problemas económicos, el nacimiento y crianza de los hijos… etc. Cuando una pareja no sabe cómo afrontar estas u otras situaciones similares, y deja pasar el tiempo a ver si la situación mejora, la relación resulta dañada, los sentimientos y las expectativas hacia la pareja cambian y se genera insatisfacción con la relación.
¿Qué es la terapia de pareja?
Cuando los problemas de pareja no son solucionables por sus miembros, la terapia de pareja es el proceso terapéutico que ha demostrado ser eficaz y efectivo para solucionar las disputas en la relación. La intervención de un especialista de la psicología permite aportar a la relación las técnicas y herramientas para enfrentarse exitosamente a los conflictos.
Para evitar la cronificación de los problemas en la pareja, no hay que esperar a que el nivel de deterioro de la relación sea alto, dejando para el último momento la consulta a un profesional, cuanto antes se acuda al terapeuta, mayor probabilidad de éxito puede llegar a tenerse. Se estima que alrededor del 70% de las parejas que acuden a terapia de pareja solucionan sus problemas.
Un buen indicio para saber si se debe acudir a terapia de pareja es cuando uno o ambos miembros experimentan de manera habitual malestar o descontento respecto a la convivencia o a la interacción con el otro. Esto puede ser motivado principalmente por la falta de comunicación de sus miembros, la dificultad para tomar decisiones conjuntas, junto a la insatisfacción debido a que la relación no cumpla con las expectativas iniciales, llegando a plantearse seriamente la ruptura de la relación.
Es aquí donde la terapia de pareja va a ayudar a afrontar los problemas, permitiendo encontrar el mejor camino hacia la solución. Siendo fundamental para un buen pronóstico, además de llegar a consulta con un nivel inicial y de bajo deterioro en la relación, el compromiso por parte de ambos miembros de la pareja, la confianza en el profesional, así como dar tiempo a la terapia para que puedan generarse los cambios planificados.
Algunos aspectos que se trabajan en la terapia de pareja y que permiten afrontar adecuadamente sus problemas, son:
- Motivación para cambiar: ante los conflictos lo importante es no perder el control, ni los nervios, no agredir, no humillar y no insultar a nuestra pareja. Hay que aceptar el problema y ponerse manos a la obra para actuar.
- Mejorar las habilidades de comunicación: una adecuada comunicación permite la expresión de emociones propias y entender los intereses, preocupaciones y deseos del otro. Para ello, hay que desarrollar los recursos necesarios para que la comunicación sea efectiva, por ejemplo, expresando a nuestra pareja sentimientos positivos o negativos, verbalizando un cumplido, manifestando asertivamente una opinión o proponiendo una crítica y su petición de cambio.
- Mostrar afecto: la expresión de gestos de cariño y aprecio, junto con el apoyo emocional y la empatía apoyando intereses y objetivos del compañero, resultan indispensables para que una relación de pareja sea agradable.
- Buscar soluciones pensando en las necesidades de ambas partes: la aparición de problemas es algo normal y natural en las parejas, la mejor manera de resolverlos es reconociendo los problemas como retos más que como situaciones difíciles e imposibles de resolver, buscando conjuntamente las soluciones adecuadas. Recuerda que una pareja es cosa de dos, la satisfacción y la felicidad de ambos crece con el mutuo intercambio de amor y respecto por parte de cada miembro de la relación.
- Mejorar la sexualidad: es importante ampliar y/o mejorar el repertorio de conductas sexuales de los miembros de la pareja para que la satisfacción de ambos aumente. Para ello, la confianza plena con nuestra pareja favorece expresar al otro las propias necesidades y deseos, de tal manera que se produzca una comunicación abierta y sincera.
Cuando la terapia no es posible
Lamentablemente, puede haber situaciones conflictivas imposibles de resolver, donde la solución más adecuada será la separación o el divorcio. Tomar esta decisión implica también solucionar problemas en la pareja. Es aquí donde la mediación juega un papel fundamental.
La mediación familiar es la alternativa extrajudicial de resolución de conflictos que va a permitir a ambos miembros de la pareja el llegar a acuerdos conjuntos sobre el reparto de bienes y propiedades, las pautas educativas con los hijos, el tiempo de disfrute con cada progenitor, etc.
Gracias a la mediación, las parejas que rompen con la relación pueden sentar las bases de lo que tiene que ser una buena separación, basada en el compromiso de ambas partes y la reflexión común acerca de la ruptura.
Para más información, consúltanos en el teléfono 626 331 443 o por correo electrónico en info@mediapsi.es.
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